Como todos los años, por estas fechas, comienzan a llegar en
mayor o menor medida los Correlimos Oscuros a las costas cantábricas, sus
cuarteles de invierno. Se trata de uno de los limícolas más complicados a la
hora de fotografiar, debido sobre todo, al medio en el cual se desenvuelve
habitualmente, los rompientes, donde el mar está en continuo movimiento. Es por ello que las sesiones con esta especie
requieren de un plan específico que conviene preparar con antelación. Partiendo
del supuesto que ya conocemos la zona, lo primero será consultar la tabla de
mareas, hora de la bajamar, a qué hora tenemos la pleamar. Segundo, y no menos
importante, comprobar in situ el estado del mar, no se debe de olvidar que
vamos a trabajar en un medio un tanto hostil, en el corazón del rompiente. Y
tercero, la indumentaria apropiada para esta época del año. Un vadeador de
neopreno o similar, también sirve, lo encuentro menos peligroso, un traje del
mismo material de los que usan los surfistas, por supuesto en este caso un calzado
apropiado para desplazarse por el roquedo.
Ante todo debemos de ser PRECAVIDOS y CONSCIENTES y por supuesto CABEZA. En mi caso, la aventura comienza a las 7:00 am, suena el despertador, aseo, desayuno completo, recogida del equipo y rumbo a Gijón. Al llegar comprobamos que el estado del mar es malo, bastante malo, fuerte marejada y olas para tener muy pero que muy en cuenta. Nos cambiamos y con el equipo en mano me dispongo a inspeccionar el terreno. Pequeños grupos de vuelvepiedras mezclados con dos, tres incluso cuatro grupinos de C. oscuros comiendo en el rompiente. La aproximación la realizo sin prisa pero sin pausa, me tomo mi tiempo, con un ojo controlo la reacción de los limícolas y con el otro el mar, no me debo de confiar, tan pronto estás con el agua por los tobillos y en segundos con el agua por la cintura, la resaca es muy fuerte. Después de unas dos horas de reptar, contorsionar y demás movimientos poco saludables, damos por concluida la sesión. No ha estado mal a pesar del cansancio y los dolores de posturas inverosímiles. Las fotos salieron, el físico sin novedad, pero lo más importante he DISFRUTADO. Un saludo desde Asturias.
Ante todo debemos de ser PRECAVIDOS y CONSCIENTES y por supuesto CABEZA. En mi caso, la aventura comienza a las 7:00 am, suena el despertador, aseo, desayuno completo, recogida del equipo y rumbo a Gijón. Al llegar comprobamos que el estado del mar es malo, bastante malo, fuerte marejada y olas para tener muy pero que muy en cuenta. Nos cambiamos y con el equipo en mano me dispongo a inspeccionar el terreno. Pequeños grupos de vuelvepiedras mezclados con dos, tres incluso cuatro grupinos de C. oscuros comiendo en el rompiente. La aproximación la realizo sin prisa pero sin pausa, me tomo mi tiempo, con un ojo controlo la reacción de los limícolas y con el otro el mar, no me debo de confiar, tan pronto estás con el agua por los tobillos y en segundos con el agua por la cintura, la resaca es muy fuerte. Después de unas dos horas de reptar, contorsionar y demás movimientos poco saludables, damos por concluida la sesión. No ha estado mal a pesar del cansancio y los dolores de posturas inverosímiles. Las fotos salieron, el físico sin novedad, pero lo más importante he DISFRUTADO. Un saludo desde Asturias.
Abel como siempre nos enseñas un trabajo de gran calidad, unas fotos muy muy buenas de un bicho precioso. Un saludo desde Zumaia.
ResponderEliminarMuy chulas Abel...Por cierto menudo oleaje....
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